Aprendí
que ignorar la realidad no cambia las cosas, que una derrota peleada
vale más que una victoria casual,que por más fuerte que sea mi duelo el
mundo no se detiene por mi dolor.
Aprendí que puedo volar todo lo
alto que imagine, que algunos sueños se hacen realidad, que se pueden
requerir años para construir la confianza y únicamente segundos para
destruirla. Aprendí que hay cosas que se pueden
hacer en un instante y que pueden ocasionar dolor toda una vida, que el
verdadero amor y la verdadera amistad continúan creciendo a pesar de
las distancias, que puedes cerrar los ojos a las cosas que no quieres
ver, pero no el corazón a lo que no quieres sentir. Aprendí que es peor
mentir que silenciar la verdad, que sonreír no es ser feliz, que andar
solo no es soledad, que llegar alto no es crecer.
Aprendí a plantar
cara a los problemas, a no darles la espalda, a saber mirar atrás sin
hacerme daño. Aprendí que el dolor que se calla es el más doloroso, que
la soledad es un buen lugar para visitar, pero no para quedarse, que
intentar olvidar a alguien es querer recordarlo para siempre. Aprendí
que el silencio es el único amigo que no te traicionará, que una vez
terminado el juego, el rey y el peón siempre vuelven a la misma caja,
que no hay nada imposible porque los sueños de ayer son las esperanzas
de hoy y pueden convertirse en realidad mañana. Aprendí que cuando se
llora por algo, también se aprende a defenderlo, que los que más merecen
son los que más sufren y los que menos merecen son los que más tienen.
Aprendí a valorar lo que hay a mi alrededor, que somos dueños de
nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras, que lo que realmente
vale, no cuesta nada. Aprendí que recordar es la única manera de
retrasar el tiempo, que el recuerdo de la felicidad, ya no es felicidad;
pero el recuerdo del dolor, todavía es dolor. Aprendí que el amor no es
lo que queremos sentir, sino lo que sentimos sin querer, que madurar
tiene mas que ver con lo que has aprendido en las experiencias, que con
los años vividos, que cuando el orgullo grita, el corazón sangra.
Aprendí a no tropezar dos veces en la misma piedra, que lo hecho es
pasado y no merece la pena mirar atrás, aunque los recuerdos nunca se
olviden o una espina nunca se arranque. Aprendí que no es difícil dar el
primer paso, sino el último, a vivir en el presente sin tener que mirar
al pasado, a mirar más allá de las imperfecciones, y encontrar en ellas
el verdadero sentido de mi Felicidad. Aprendí que lo hecho, hecho está,
no puedes dar marcha atrás, que no hay oscuridad sin luz, que la
imaginación me transporta a lugares insospechados. Aprendí que hay que
vivir como si fueras a morir mañana, y soñar como si fueras a vivir
eternamente. Aprendí a ser más yo, y menos el que yo quieren que sea, a
soñar despierto mezclando la Realidad con la Ficción, que hay que
arriesgarse para alcanzar lo que se desea.
Aprendí no solo a
escuchar a los demás, sino a saber escucharme a mí mismo,que no haya una
vida en la que no haya que arriesgar para vencer, que la única manera
de que valoremos algo, es pensar que posiblemente lo perderemos...
Aprendi que nunca conocemos a una persona de verdad, que todavia no
inventaron nada mejor que el abrazo de mamá.Aprendí que cuando encuentro
la respuesta, la vida me vuelve a cambiar de pregunta,que las cosas
pueden cambiar en un instante, que el tiempo no cura nada, solo hace
olvidar lo que ya no tiene importancia, que por equivocación, cuando
debemos pensar sentimos y cuando debemos sentir pensamos.
Aprendí que el corazón tiene razones que la razón no entiende.
Gracias Antonio por todo.
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